Autor: Jorge Edson Jair

  • Los Miserables | Crítica

    Los Miserables | Crítica

    La historia de expiación de Wolverine por el mal que le ha hecho a Catwoman, y como el gladiador lo persigue por toda Francia hasta que la niña de Dear John por fin se casa llegó a la pantalla grande a América Latina. La nueva versión de Los Miserables no sólo basó su atractivo en la ya de por sí popular obra de Víctor Hugo, sino que reunió a un interesante casting de actores para revivir una vez más el melodrama musical más conocido de todos los tiempos.

    Los Miserables

    A mí en lo personal me cagan los musicales, y no lo digo a la ligera, me cagan, sólo me gusta Across the Universe y ese no cuenta porque la música es de The Beatles y el cuarteto de Liverpool es prácticamente universal, pero el hecho que las actuaciones se grabaran on site y no primero en un estudio de grabación le dio a Los Miserables una credibilidad jamás vista en un musical hecho película. Esta genial ideal vino de la mano de Tom Hooper, el director del largometraje, quien estaba convencido de acercar más al público a una increíble puesta en escena que a un filme.

    No sólo eso, la fotografía y la edición cinematográfica son muy buenas. Tom Hooper seleccionó una agradable correción de color: lejos de ir por las tonalidades en sepia tan usados para representar melodramas, toda la película está realizada en un tenue y frío azul, que no sólo sienta bien para la trama, sino que realmente le da un tono musicalmente hablando. Lo primero que salta a la vista en Los Miserables son decisiones acertadas.

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    La historia, por su parte, es de sobra conocida y reconocida. Ambientada durante el primer cuarto del siglo XIX, Los Miserables es un un espectacular relato autoría de Víctor Hugo, que narra la historia de Jean Valjean, interpretado por Hugh Jackman, quien es liberado de forma condicional después de cumplir 19 años de prisión.

    Jean Valjean me recuerda al súper hombre de Nietzsche, un personaje que se encuentra atorado en la mierda que era/es el mundo y que por un crimen menor se le impugna una sentencia inconcebible en nuestra época; un hombre que es despojado de toda humanidad y principalmente de su nombre, hasta que un acto de piedad le regresa el sentido a su vida, se levanta de entre la escoria y no sólo hace algo con su existencia, sino qué alienta a una sociedad a hacer lo mismo, sólo para ser eternamente perseguido por ser considerado un “hombre peligroso”, cometiendo errores que lo dejan perpetuamente en deuda con una mujer.

    En los últimos diez años la razón por la que alguien podría conocer a Hugh Jackman es por su papel como Logan en la saga X-Men, rol que a pesar de la inmensa popularidad que goza, no han sido exactamente aclamado por la crítica. Pocas personas pudieron disfrutar su actuación en The Prestige y por momentos uno se olvida de lo impresionante que es este histrión. Bueno, Hugh Jackman se encarga de varias de las escenas más emocionalmente cargadas en Los Miserables, al punto en el que el sufrimiento y su lucha por ser expiado de sus pecados te es, no sólo dolorosa, sino humanamente grandiosa. Su interpretación es francamente conmovedora.

    Los Miserables
    Jean Valjean y Fantine

    A la historia pronto se suma Fantine (Anne Hathaway). una joven mujer atormentada por la doble moral de una sociedad ignorante y qué es injustamente arrojada a la calle por culpa del pasado de Jean Valjean. Ante la desesperación, Fantine se ve obligada a hacer cosas atroces para mantener con vida su hija, Cosette, resultando ser un personaje que existe sólo para mover la historia de expiación de Valjean, pero que sin embargo siempre está presente en las escenas más poderosas filme. Fantine, con su breve aparición, maneja el tono completo del melodrama y nos deja claro que Anne Hathaway es más que sólo la niña de El Diablo viste a la Moda y Batman: El Caballero de la Noche Asciende, y aunque ha tenido papeles memorables, éste realmente cimenta su carrera como actriz en papeles importantes.

    Del otro lado tenemos a Javert (Russell Crowe), un personaje fabuloso y algo así como el malo de la película. Sin embargo, este villano, como los villanos realmente buenos, esos que rara vez son representados en algún lado, es un ser exageradamente complejo y al mismo tiempo cuadrado. Javert sin duda resultará el personaje más atractivo para muchos en Los Miserables, debido que éste villano nunca ha hecho en realidad algo malo y sólo cumple con su trabajo; un necio que no comprende más allá de sentido del honor y del deber, un soldado y policía por excelencia, que realmente ha hecho todo bien causando todo el mal posible, hasta el momento en que ve confrontada su forma de actuar.

    Víctor Hugo retrató en su obra la batalla entre lo que está bien y lo que está está mal, mientras demuestra que nada en la vida es blanco o negro, sino más bien gris, teniendo en Javert al mejor representante de este concepto. Casualmente, Russell Crowe es perfecto para este papel, lo maneja de manera fantástica y aunque se no nota que cantar no es su taza de té, no lo hace mal.

    Los Miserables
    Javer es un “villano” memorable

    ¡ Vive la resistance!

    Hay que recordar que Los Miserables es la historia de una vida completa, por lo tanto los personajes de juventud y rebeldía tienen que aparecer en la misma, y si hablamos de una Francia carcomida por el hambre y la injusticia no podemos hablar de otra cosa que revolucionarios: “Vive la resistance“.

    Comencemos con Enjolras, interpretado por Aaron Tveit, un joven inteligente que le ha tocado sufrir la barbarie del mundo, pero con el suficiente carisma para atraer cierto tipo de seguidores y esparcir su discurso de rebeldía. Junto con Gavroche (Daniel Huttlestone), abordan el siempre sonado problema de la injusticia social y la disparidad de las clases causadas por la preservación del status quo de los que se encuentran en el poder, éste tópico es el menos anacrónico de todos y el que probablemente más apegado a la realidad se encuentra, sólo hay que ver su desenlace.

    Luego tenemos el triángulo amoroso, representado por Eponine, Cossete y Marius. Eponine, caracterizada por Samantha Barks y quien también ha llevado al personaje a la vida en la obra de teatro, hace un excelente trabajo pintando la tercera rueda del triciclo que realmente no es deseada; sus apariciones, aunque escasas, son poderosas. Marius Pontmercy (Eddy Redmayne) es otro personaje conmovedor con una historia de amor desfasada. Cosette representa a la curiosidad femenina, la niña que de alguna forma vivió el cuento de hadas de ser rescatada de la miseria por un padre vicario, sin embargo, cuando tiene la edad suficiente de cuestionar su condición, arremete en rebeldía. Quién iba a pensar que Amanda Seyfried iba a representar tan bien a éste personaje.

    Los Miserables
    La historia esconde una lucha contra la desigualdad social

    En cuestión de fidelidad con la obra original, esta versión de Los Miserables está compuesta por un total de 52 números musicales, incluyendo prácticamente todas las canciones a excepción de “I Saw Him Once” y “Dog Eats Dog“, y agregando una nueva pieza, “Suddenly“. Algunas de las melodías fueron editadas recortadas (aún así la cinta dura 158 minutos) o bien para adaptarse a la nueva narrativa, aunque en general el resultado es muy bueno.

    Los Miserables es un filme excelente y entiendo perfectamente porque ha causado el alboroto que ha causado, incluso tiene una serie de alivios cómicos muy sutiles. Es cierto lo que se teoriza de la gente, pues ahora la mayoría tiene una capacidad de atención de minuto y medio y mucho de tu experiencia en cine quizá dependa del público en la sala, pues no falta la clásica inepta que recibe una llamada telefónica y decide contestarla, el que va por segunda vez e intenta cantar como si fuera Karaoke y el tipo que entró a ver la película sólo porque su novia lo obligó. Fuera de ello, no le doy calificación perfecta porque siento que algo le faltó… no sé qué,  pero aún dentro de su imperfección, Los Miserables es perfectamente maravillosa.

  • Ruby, la Chica de mis Sueños | Crítica

    Ruby, la Chica de mis Sueños | Crítica

    Con poco ruido llegó a algunas selectas salas de cine de México y todo el mundo Ruby, a Chica de mis Sueños, un largometraje donde se tocan ideas como la pareja perfecta, el control de comportamiento, la inseguridad y la fragilidad del ego masculino, todo envuelto en un curioso paquete de una simple comedia romántica con moñito de drama de la mano de los directores Jonathan Dayton y Valerie Faris, los mismos de Pequeña Miss Sunshine.

    Ruby, la Chica de mis Sueños

    Muy bien esta es otra de esas ocasiones en las que la gente suele decir “es bonito” y yo suelo contestar, “¿vimos la misma película? porque a mí se me hace de lo más enfermo”, más no por ello esta cinta deja de ser una cinta entretenida a su propio modo. Vamos a darle fondo al comentario dando una breve sinopsis de Ruby, la Chica de mis Sueños.

    Calvin (Paul Dano) es un escritor que con su primer novela alcanzó altos niveles de reconocimiento, sin embargo, en estos momentos de su existencia tiene un bloqueo mental y no es capaz de escribir nada, por lo que decide asistir con un terapeuta, quien le recomienda que por el momento escriba algo personal, algo para él mismo. Calvin entonces termina conceptualizando a Ruby, quien es esencialmente la chica de sus sueños y no es otra cosa que una combinación de  su ex novia y él… pero cuando un par de semanas después se encuentra con que la chica que creó en texto se encuentra sentada en su sala, se asegura una película hilarante.

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    Paul Dano realiza de nuevo el papel del hombre extraño, socialmente discapacitado y con el corazón roto, probablemente este último rubro sea nuevo, pero digamos que es como su taza de té y son el tipo de roles que generalmente interpreta. De cualquier forma, Calvin está muy bien escrito y el señor Dano realiza un estupendo papel, dándole casi siempre un toque de comedia situacional al asunto, un toque sutil pero atinadísimo que logra empatía con el espectador a pesar del grado de incredulidad del personaje.

    Ruby Tiffany Sparks, la chica traída de las palabras a la vida se puede describir básicamente como el modelo de chica indie proporcionado por Zooey Deschanel en un cascarón un poco más plausible, sin dar a entender que Zoe Kazan, la actriz que le da vida, no es una chica atractiva, pero logra dar esa sensación de  que su personalidad es muy similar a la de Ruby, lo cual no sería raro, pues la misma Zoe Kazan escribió el guion de Ruby, la Chica de mis Sueños y uno puede suponer que está fuertemente basado en ella o en alguien que conoce.

    Harry, el hermano de Calvin (Chriss Messina), es con facilidad el personaje más creíble en Ruby, la Chica de mis Sueños y, para mi gusto, el mejor actuado. Harry es de hecho quien por momentos mueve los hilos de la trama de una manera muy discreta, ya que se vuelve en el confidente de Paul y la única persona que conoce la verdadera naturaleza de Ruby Sparks.

    Ruby, la Chica de mis Sueños | Crítica
    Zoe Kazan y Paul Dano en Ruby, la Chica de mis Sueños

    Ruby, la Chica de mis Sueños, como buen indie flick digno de mencionarse, tiene un excelente guion, con diálogos increíblemente fluidos que permiten obviar la imposibilidad central de su premisa, la chica saliendo de las páginas de un cuento para materializarse en la vida de su autor. Curiosamente el guion nunca gira sólo en torno de la peculiar pareja, sino que le da la oportunidad de ser personajes centrales al resto del elenco, que como Harry, son quienes en realidad mueven la película.

    Absolutamente lo mejor de la película es esa lectura que hace Zoe Kazan sobre la fluctuación de poder en las relaciones humanas y responde la pregunta de qué pasaría si se tuviera completo control sobre el otro de una manera muy agradable. Aunque Ruby, la Chica de mis Sueños mantiene varios momentos de divertida comedia y personajes hasta cierto punto entrañables, la premisa nunca sostiene suficiente credibilidad… pero al final de cuentas puede ser mi perversidad flotando.